Deber Misional de los fieles (prédica de San Alberto Hurtado sobre la Misión Ad Gentes)

 

En este Domingo de las Misiones (DOMUND) publicamos esta estupenda homilía de San Alberto Hurtado (1901-1952) acerca de las Misiones Ad Gentes, es decir, las Misiones en países no-cristianos.

Francisco Xavier

Sacerdote Misionero en Taiwán

 

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Deber misional de los fieles

 

"Tenemos una responsabilidad: Misionar el mundo (...) Tenemos la responsabilidad del mundo entero. (...)Tenemos la responsabilidad del crecimiento de la Iglesia" (San Alberto Hurtado)

“Tenemos una responsabilidad: Misionar el mundo (…) Tenemos la responsabilidad del mundo entero. (…)Tenemos la responsabilidad del crecimiento de la Iglesia” (San Alberto Hurtado)

Todas las niñas juegan con muñecas. He buscado un estudio psicológico sobre la muñeca. Nunca se le debe quitar violentamente la muñeca, pero llega un día en que para la niña deja de ser interesante. Nosotros tenemos apegos… He estudiado a mis sobrinas; desaparece en un día el apego. Y una vez dejada la muñeca, nunca vuelve a tomarla. Casi siempre desaparece el apego a la muñeca cuando es reemplazado por una responsabilidad real. Le di un libro, empezó a leer, ¡un nuevo mundo se le abrió!, y dejó las muñecas. Murió la mamá: usted va a hacer de mamá. Las muñecas ya no le interesan más… las distribuye. Ya está preparada para su papel.

Nosotros a veces nos quedamos un poco niños… ¿cómo sacar nuestros apegos? ¿Violentamente? No, arrojando sobre nuestros corazones una gran responsabilidad: una guerra, un terremoto… y se acaban los apegos.

Y tenemos una responsabilidad: Misionar el mundo desde la colina de la ascensión. Tenemos la responsabilidad del mundo entero. Nuestro Señor no va a hacer nada sino por nosotros, no va hablar sino por nosotros. Tenemos la responsabilidad del crecimiento de la Iglesia. Geográficamente es demasiado pequeña… es como un chico que tiene todos sus órganos, pero tiene que crecer… el problema de las misiones. La Iglesia debe crecer como el niño, por todo su cuerpo: pies, manos y cabeza; oye por los oídos, ve por los ojos… pero debe crecer por todo el cuerpo. La Iglesia todavía no ha alcanzado su tamaño normal. Luego todos, todos sus miembros deben contribuir al crecimiento: para que crezca por todos sus órganos. Si el crecimiento es por unos miembros y no por otros es anormal, una enfermedad y la muerte.

"Tenemos que interesarnos por las misiones que tienen por objeto salvar las almas y hacer crecer a la Iglesia" (San Alberto Hurtado)

“Tenemos que interesarnos por las misiones que tienen por objeto salvar las almas y hacer crecer a la Iglesia” (San Alberto Hurtado)

Por nuestro bautismo somos miembros de la Iglesia; por nuestra oración estamos al servicio de la Iglesia. Tenemos que interesarnos por las misiones que tienen por objeto salvar las almas y hacer crecer a la Iglesia. ¿Está establecida hoy en todo el mundo? La gente dice que se interesa por las misiones y ¿qué dan? Su pensamiento, casi nunca; sus deseos, pocas veces… papeles viejos, los desechos de la casa. De los 300.000 sacerdotes; 20.000 sacerdotes en las misiones, y de éstos, 13.000 cuidan de los católicos… Un puñado de sacerdotes y de monjas para extender el Reino de Cristo.

¡¡La caridad comienza por la casa!! ¿Quién lo ha dicho? ¿Cristo, los Padres de la Iglesia? No. Es la teoría del egoísmo. ¿Egoísmo y caridad comienzan de la misma manera? No. La caridad comienza desde el primer momento con todos: ama, desde el principio, a todos. Comienza desde el primer momento a prestar servicio a los más próximos.

La táctica del Espíritu Santo es como la de las arañas: comienza por las puntas más lejanas y termina por el centro. San Pablo tenía mucho que hacer en Jerusalén… pero se va hasta España, quería dar la vuelta al mundo entonces conocido.

"¡¡La caridad comienza por la casa!! ¿Quién lo ha dicho? ¿Cristo, los Padres de la Iglesia? No. Es la teoría del egoísmo" (San Alberto Hurtado)

“¡¡La caridad comienza por la casa!! ¿Quién lo ha dicho? ¿Cristo, los Padres de la Iglesia? No. Es la teoría del egoísmo” (San Alberto Hurtado)

Los Padres de la Iglesia pensaron que el mundo estaba alrededor del Mediterráneo, por eso creían que el trabajo de las misiones estaba acabado. Por eso en la Teología no hay una palabra de las misiones… creen que la propagación de la Iglesia está terminada.

Son pocos los que tienen esa responsabilidad tremenda. ¿Qué he hecho yo para hacer crecer a la Iglesia? ¿Disculpas? ¡No tenemos tiempo para ocuparnos de eso! Con nuestros deseos, oraciones, padecimientos, influencia, podemos mucho. Conservar en nuestra alma ese gran deseo y no quedarnos en el raquitismo espiritual.

La labor es interminable ¡¡400.000.000 de chinos… 375.000.000 de hindúes… tareas desmedidas!! Primero, no se trata de convertir a todos los chinos: sino de establecer la Iglesia. Con 25.000.000 de Chinos se funda la Iglesia china. Como en EE.UU., hay 27.000.000 entre 120.000.000. Se acabaron las misiones y ellos se hacen misioneros.

Hay momentos críticos en la Providencia divina: desarraigar un gran eucaliptus es casi imposible, pero hay un momento en que un niño, con una cuerda, puede determinar el lado de la caída. India, después de la guerra; China que están buscando su camino. En este momento el influjo de oraciones, deseos, influencias puede determinar el rumbo por siglos y siglos.

Pero, para las misiones no hay personal… -Asuma la responsabilidad y ¡vendrán vocaciones! ¡No le faltarán! Comience: mande 4 al África, ¡ya llegará personal! Lo primero es un acto de fe. Lo que hizo San Ignacio: en el camino, llenos de buena voluntad, estaban dispuestos a ir a Palestina. ¿Qué hacer? Vamos a ofrecer nuestra buena voluntad al Papa… ¿qué hacer? ¡Prediquen en las ciudades de Italia! ¡Si se hubiesen quedado en esa tarea! ¡La Compañía de Jesús habría sido como los Teatinos que acababan de nacer! En ese momento llegó el llamado del Rey que necesitaba misioneros para Asia, África y América.

"La labor es interminable ¡¡400.000.000 de chinos... 375.000.000 de hindúes... tareas desmedidas!!" (San Alberto Hurtado)

“La labor es interminable ¡¡400.000.000 de chinos… 375.000.000 de hindúes… tareas desmedidas!!” (San Alberto Hurtado)

En muchas de nuestras provincias hacemos bien en los colegios, pero cuando no tenemos más que colegios, la provincia se vuelve un poco burguesa… Pero cuando hay misiones, cambia.

El Seminario de Lenfú para sacerdotes negros tiene escasos recursos, haga algo: ¡Un gran sermón de caridad! Me fui un domingo a las 11 en Gantes, misa aristocrática… Hablé del porvenir del clero negro. Pasé: bien. Inmediatamente, en la portería, un sobre escrito con letra poco culta, decía: aquí incluyo 5.000 francos, todos mis ahorros, para que un día un sacerdote negro suba al altar y diga la Misa por mis padres difuntos… Una sirvienta que oye, sube a su pieza, ¡¡y lo da todo!!

¿Qué podemos hacer? Conocer nuestras propias misiones! Nos falta una revista general de las misiones de la Compañía de Jesús y de la Iglesia. Cuando uno se aficiona a las misiones aprende mucho. Toda nuestra oración: que venga a nosotros el Reino de Dios. Nuestros sacrificios, nuestro apoyo y nuestra influencia.

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