Teología Travesti

Hoy, Domingo de Septuagesima, Mons. Gabriel Mestre, flamante obispo de Mar del Plata, demostró no tener el mínimo respeto por el orden natural dispuesto por Dios en Su creación, al afirmar, sin avergonzarse, que él concedió el sacramento de la confirmación a tres “chicas travestis”, como se oye en la entrevista radial con el móvil de Radio Brisas. El obispo dijo que

“Si alguien quiere hacer un proceso de camino de fe, ¿cómo no va a recibir la posibilidad en una comunidad, más allá de que tenga situación de travestismo?”.

Pretende justificar su desvarío invocando lo que él llama “el paradigma del papa Francisco” y argumentando que ya no vivimos en la Cristiandad. Estas son sus palabras (o su “magisterio episcopal”):

“Hay sectores más conservadores que por ahí les cuesta entender el paradigma del papa Francisco que plantea un ámbito de renovación muy importante hacia muchas temáticas digamos: estructuras vetustas de la Iglesia, actitudes de cerrazón, falta de apertura a los hermanos (…) En estos días confirmé a dos o tres chicas travestis”.

La “pastoral” sodomizante de Mons. Mestre, el obispo playero, nos inspira algunas preguntas, que planteamos en son de diálogo:

– ¿No se da cuenta de que una cosa es la falta de Cristiandad y otra la falta de Cristianismo, y aun de humanidad (como se da en el caso de quien busca “cambiarse de sexo”)?

En Cristiandad, las tres “chicas travestis” habrían sido quizá encarcelados por el crimen de sodomía, pero en esta época de anti-cristianismo son confirmadas por un Sucesor de los Apóstoles.

– Mestre no habla de travestis a secas sino de “chicas travestis”. ¿Acaso la castración de un ser, lo torna del sexo opuesto?
– Por una parte, Mons Mestre execra a los sectores “conservadores” que no entienden el paradigma que él le atribuye a Francisco y critica las “estructuras vetustas de la Iglesia, (las) actitudes de cerrazón, (y la) falta de apertura a los hermanos”, mas, por otra parte, prohibió que se siga celebrando la Santa Misa en el Centro Pieper, cancelando el permiso que había sido otorgado por su predecesor. Entonces, ¿en qué quedamos, Mons. Mestre?

¿Acaso la tan mentada “apertura a los hermanos” es sólo para “les chiques travestis”, mientras que a los que no simpaticen con el “neo-paradigma” los tratamos como parias?

¿Acaso las “actitudes de cerrazón” son solo condenables cuando un cura de abstiene de conceder una comunión (o confirmación) sacrílega y no cuando se le impide a una comunidad virtuosa seguir teniendo Misa en la capilla que tenían con permiso del obispo anterior?

Moraleja: en la “iglesia del neo-paradigma”, todo vale (desde la castración y el cambio de sexo a la administración sacrílega de los sacramentos), pero si eres un “vetusto conservador”, no se te dejará tener ni Misa.

Antaño, en la iglesia de las “estructuras vetustas”, el confirmando devenía un “miles Christi” (soldado de Cristo), mas con el neo-paradigma mestrense, no hace falta que el varón se convierta en un guerrero de Cristo, basta con que “se convierta” en una chica.

Es la teología travesti… o travestida.

¡Que Dios nos libre de paradigma travestido de Mons. Mestre!

Padre Federico, S.E.
Domingo de Septuagesima,
9-II-MMXX

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